Descripción
De la planta del lino se extrae la semilla a partir de la cual obtenemos el aceite de linaza o la harina de linaza, un alimento destacado por su contenido en ácidos grasos tipo Omega 3, Omega 6 y Omega 9.
Se pueden hacer dos distinciones: la semilla de lino dorado y la linaza marrón. La primera es rica en omega-3, omega-6 y omega-9, mientras que la segunda solo contiene omega-3.
El hecho de que se haya convertido en un producto tan popular se debe a sus propiedades nutricionales y, por ende, a los beneficios de su consumo para la salud. Esto es así debido a su composición química en la que predomina la fibra dietética, ácidos grasos poliinsaturados y fitoquímicos.
Para que te hagas una idea, el 30% de la semilla de linaza es fibra dietética.
Propiedades y beneficios
Reduce el colesterol (el total y el LDL o “malo”) y la presión arterial elevada.
Mejora el tracto digestivo en casos de estreñimiento, diarreas o problemas estomacales.
Es una fuente de vitamina B6, ácido fólico, tiamina, calcio, magnesio, fósforo, cobre y manganeso.
Reduce inflamaciones.
Regula el nivel de azúcar en sangre.
Ayuda a proteger la microbiótica intestinal para que los nutrientes se absorban con mayor facilidad.
La recomiendan para tratar efectos de la menopausia debido a su contenido en flavonoides.
Hay que mencionar que la harina de linaza puede tener efectos secundarios o estar contraindicada en algunas personas que no están acostumbradas a ingerir altas cantidades de fibra a diario. Además, en dosis altas, puede generar bloqueo intestinal, dolor abdominal, náuseas e incluso vómitos.
También deben tener especial cuidado todas aquellas personas que padecen enfermedades como la diabetes o la esquizofrenia. En estos casos, y ante niveles bajos de ácidos grasos, lo mejor es consultar con el médico para seleccionar el mejor tratamiento porque quizás el consumo de linaza no sea la mejor opción.